Raúl Casado

Saborear cada instante; es lo que tú hacías y lo que tú nos transmitías; la llegada, el buenos días, una llamada de teléfono, la pausa del café, cada plano que escogías; cada crónica; cada viaje, cada lunes y cada viernes; cada brindis. Pero se empeña 2021 en añadir más dolor del que ya nos ha arrojado y hoy nos arrebata una sonrisa que será eterna. El dolor nos deja mudos y el silencio se apodera de este sábado. Pero ni el dolor ni el silencio nos deja huérfanos de una sonrisa que no olvidaremos nunca.

Se debió de inventar el duelo para esto, Cristina, para que lloremos, para que nos abracemos, para que bajemos la barbilla, para que nos planteemos si la persona que se va nos aportó a cada uno de nosotros mucho más de lo que nosotros supimos o pudimos aportarle. Será natural, y hasta sano, que procesemos el dolor que hoy sentimos recordando tu entusiasmo y la pasión que ponías en cada cosa que hacías, en el oficio, pero sobre todo en la vida.

Ni el dolor ni el silencio podrán usurparnos ese recuerdo. Tú te vas Cristina, pero la muerte no vence, porque mucho de ti está ya en tus hijos y en tus sobrinos, en Javi, en tus padres y en tus hermanos; porque muchos de los secretos de este oficio nos los has enseñado tú, y porque cuando consigamos superar este dolor nos asomará una sonrisa cada vez, cada día que nos acordemos de ti.

No vence aunque nos arrebate hoy esa sonrisa, porque no conseguirá arrancarnos el recuerdo de una compañera buscando el plano más delicado, el perfil más humano, el mejor atardecer para culminar un trabajo. No vence la muerte, Cristina. Tú descansa ya, llévate esa sonrisa donde vayas, y tu familia, tus amigos y tus compañeros nos encargaremos de que estés siempre con nosotros, porque es gracias a personas como tú por lo que este mundo merece la pena; sois las personas así las que hacéis este mundo mejor.

EFE ya no será lo mismo sin ti; tu ausencia será irreemplazable pero perdurarás siempre en nuestro corazón. Ha sido una suerte haberte conocido y trabajado a tu lado. Hoy lloramos y nos abrazamos Cristina; como llora el Medio Ambiente (con mayúsculas) que adorabas; como lloran los pájaros que tanto conocías y amabas; como lloran Madrid, Málaga o Cantabria

También lloraremos mañana. Tardaremos en gestionar el dolor que nos deja tu ausencia, pero descansa Cris, sobrevuela ese Mediterráneo y ese Cantábrico; demuéstrales tu fuerza física y mental. Inunda esos mares con tu sonrisa eterna.