María Montecelos

La llegada al mundo de Damián, nacido en la maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, en Santo Domingo, ha generado gran expectación y por ser primer el bebé que, simbólicamente, nace en República Dominicana como aporte al conteo mundial de 8.000 millones de personas. La noticia de EFE ha tenido eco en numerosos y prestigiosos medios de todo el mundo: New York Times, Financial Times, Postimees, KOSMO, RTP Noticias, Diari Ara, Nova.rs, Rohegeenius, RTVE, El Mundo y El Confidencial.

Aquí el relato en primera persona de los hechos.

Nunca había estado en un parto. Una experiencia de por sí entrañable que cobró especial relevancia por tratarse del alumbramiento del que fue, simbólicamente, el habitante 8.000 millones del planeta, nacido en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia, en Santo Domingo. Bienvenido, Damián.

Convocados en exclusiva por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), los nervios me acompañaron en esta cobertura como si fuera a recibir a un miembro de mi propia familia, consciente del privilegio que se nos estaba concediendo.

Mi compañero Orlando Barría -veterano en esto de ver cómo una criatura llega al mundo-, con su cámara de fotos, y yo con la de vídeo, estuvimos apostados junto a la cama de la parturienta, en parte emocionados, en parte sintiéndonos intrusos y temerosos de molestar en un momento tan personal para una mujer.

 

 

Mientras una enfermera especializada en estas lides asistía a la madre y la preparaba para lo que venía, las miradas al reloj eran constantes, no fuera que el bebé se adelantara a la medianoche.

Pero Damián llegó con puntualidad británica a su cita con la historia, a las 00.00 del 15 de noviembre, fecha que la UNFPA marca como un hito en el crecimiento demográfico, al llevar a la población mundial a los 8.000 millones de personas.

Asistimos al nacimiento casi conteniendo la respiración hasta que apareció Damián

Asistimos al proceso casi conteniendo la respiración hasta que apareció Damián, con su carita arrugada, ajeno a la expectación de la que era objeto y al alborozo que cundió con su llegada que, bajo las atenciones del equipo médico, se produjo sin contratiempos para el bebé ni para la madre, que rehusó que se le aplicara la epidural.

 

María Montecelos y Orlando Barría (Agencia EFE) asisten al nacimiento de Damián, habitante 8.000 millones del planeta, en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia (Santo Domingo).

 

 

 

Resultó una experiencia muy emotiva al asistir a la llegada de nueva vida al mundo, escuchar ese primer llanto saliendo de un cuerpecito de 2,77 kilos de peso y 52 centímetros de talla, tras cuarenta semanas de gestación.

El equipo de obstetricia al completo y las enfermeras de servicio no se resistieron a fotografiarse con el habitante 8.000 millones, dato bordado en la ropa que le pusieron después de medirlo, lavarlo y colocarlo sobre el pecho de su madre, al que se enganchó al instante. Se ve que eso de nacer le abrió el apetito.

Entrada la madrugada terminé la labor de redacción y edición de vídeo, pero las pocas horas de sueño dejaron de pesar cuando a la mañana siguiente vi esa carita publicada en la prensa de medio mundo, dándole a Damián la bienvenida, como tuvimos la suerte de hacer Orlando y yo en la medianoche del 15 de noviembre.

 

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