Comunicación
Desde muy pequeña sintió que lo suyo era comunicar. La fotografía y lo audiovisual le gustaban tanto como la escritura, aunque en aquel momento nadie en su familia influyó directamente en su decisión, pese a que tenía referentes cercanos: una tía y su marido, ambos periodistas y escritores. La vocación estaba ahí, pero el camino no fue recto.
Tras terminar COU, María Abad a matricularse en la entonces carrera comodín, Administración y Dirección de Empresas. Todo iba bien hasta que, en una clase de contabilidad, la profesora lanzó una advertencia a los alumnos: “Si esto no os gusta, os habéis equivocado de carrera”.
Esa frase fue un detonante. “Lo vi tan claro que salí de clase y les dije a mis compañeros: ´tiene razón, esto no es lo que quiero´. Fue mi última clase”, rememora. Decidió entonces volver a presentarse a selectividad, mejorar su nota y abrirse paso hacia el periodismo.
Durante la carrera descubrió también la publicidad, pero pronto entendió que lo suyo realmente era lo de informar y no vender. Eso la llevó a poner la mirada desde el inicio en lo digital y audiovisual, más que en el papel.
De no haber sido periodista, admite que la docencia hubiera sido su otra vocación: “Siempre me atrajo la enseñanza, que coincide con el periodismo en la parte de comunicar y compartir información”, explica. De hecho, ha podido compaginar ambas facetas en la Agencia EFE, colaborando como profesora en el máster UC3M-EFE y en el de periodismo transmedia de la UNED. “Valoro mucho la labor docente y trato de transmitir a mis alumnos la importancia de ejercer con honestidad y sentido común”.
Aunque desde joven ya creaba webs y blogs relacionados con el fútbol sala femenino, su trayectoria profesional completa se ha desarrollado en la Agencia EFE. Entró en 2006, justo el año en que nació Twitter, en el departamento de Multimedia, hoy Unidad de Continuidad Digital (UCD).
“Profesionalmente nací y crecí en EFE. En octubre cumplo 19 años aquí y siempre he estado en el mismo departamento, buscando cómo hacer cosas nuevas y diferentes. Me considero #GenteEFE”, reconoce.
Los primeros días como becaria fueron divertidos, con un ambiente joven y generoso. “Aprendí mucho, y sigo aprendiendo, de compañeros como Rocío Casas, Nuria Santesteban, Javier Herrero, Alida Juliani o Jorge López. Lo más difícil era aprender a seleccionar la información entre la enorme cantidad de material que recibíamos”, recuerda.
En aquel proceso descubrió la potencia del servicio gráfico de la Agencia y se declaró “fan” del fotógrafo Kai Försterling. Años después, en los Juegos Olímpicos de 2012, lo conoció en persona: “Para mí fue como saludar a Usain Bolt, un oro en nuestro propio equipo”.
Los primeros años los pasó trabajando fines de semana de noche y entre semana por las tardes, recibiendo la información para crear los paquetes multimedia de diferentes secciones: Internacional, Nacional, Economía, Deportes, Cultura, Regionales… Esa experiencia le permitió tener una visión de conjunto de la producción de EFE. Cuenta que sus amigos la llamaban “Cenicienta” porque los viernes y sábados salía corriendo de las cenas para llegar puntual a la medianoche a la redacción.
La Agencia EFE en la que entró y la actual presentan diferencias notables.
“Creo que ahora hay un salto generacional más grande. La transición digital debe ser constante y necesitamos integrar la experiencia de los veteranos con el talento de las nuevas generaciones”, sostiene. Pero algo no ha cambiado: “La calidad de los profesionales de EFE sigue siendo incuestionable”, asegura.
La transformación digital ha sido vertiginosa. “En 2006 ya hacíamos narraciones en directo de partidos de La Liga, algo que hoy es cotidiano. El gran cambio han sido las redes sociales, que nos han traído nuevas formas de presentar la información y un diálogo directo con la audiencia”, opina.
Su primera cobertura internacional fueron los Juegos Panamericanos de Guadalajara en 2011.
Allí aprendió el valor de la colaboración entre departamentos y la importancia de buscar enfoques únicos. Después llegaron los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Río 2016, además de la coordinación de campañas en mundiales y eurocopas, desde Sudáfrica 2010 hasta Catar 2022.
“El reto siempre ha sido idear nuevas formas de ofrecer la información de EFE y adaptarse a nuevas plataformas”, explica.
Se muestra especialmente orgullosa del trabajo junto a la redacción de Deportes, campo de pruebas para nuevos formatos, y de colaboraciones con EFESalud, donde la integración de vídeo y redes ha multiplicado el alcance. También destaca el esfuerzo inagotable de la redacción de la UCD, en Madrid y Bogotá, que mantiene efe.com actualizado 24/7.
El último gran proyecto lo asumió en 2023, como redactora jefa de redes sociales para la comunicación digital de la Presidencia Española del Consejo de la UE, un reto de ocho meses con un equipo de 18 personas.
El balance fue de más de 4.000 publicaciones y 450 vídeos, con once millones de impresiones y, sobre todo, “la satisfacción de comprobar una vez más el valor humano y profesional de los periodistas de EFE”.
Considera que ha ayudado a adaptarse a la nueva realidad digital: “cada red social tiene su propio idioma y debemos conocerlo para hacer llegar la información de la mejor manera. Pero sin olvidar que el algoritmo es cambiante y que no debe marcar la selección de la información. Nuestra responsabilidad es garantizar tanto el interés público como el interés del público”.
La principal resistencia inicial fue comprender que las redes no son solo un canal de publicación, sino una forma distinta de comunicar.
“Lo importante es calidad y constancia. Equivocarse probando nuevos formatos no es un fracaso, es un acierto”, remarca y recuerda con cariño el momento en que otros compañeros, antes escépticos, comenzaron a pedir colaboración para llevar sus temas a redes al ver el alcance conseguido.
La UCD, heredera de Contenidos Digitales, se encarga hoy, bajo la dirección de Desireé García, de alimentar EFE.com de forma continua y de nutrir las principales redes sociales de la Agencia, además de coordinar verticales y gestionar infografías. Dentro de esa unidad, su papel se centra en la creación de contenidos para redes, la elaboración de campañas especiales, la formación en vídeo y redes a otras redacciones y el apoyo en productos especiales.
Las redes, asegura, han cambiado la manera de trabajar de EFE. “Estamos en un nuevo ecosistema donde la transmisión de información es inmediata, pero corremos el riesgo de dejarnos arrastrar por la prisa. Necesitamos aprovechar la IA para mejorar procesos, pero también situarnos como un faro de confianza en medio de la saturación informativa”, opina.
Sobre el futuro del periodismo, está convencida de que la irrupción de la Inteligencia Artificial lo transformará todo, pero que el periodismo de agencia será aún más necesario. Está segura de que es una “herramienta, no una amenaza. La motosierra no le resta valor al leñador que usaba un hacha, solo mejora su rendimiento. La figura del periodista sigue siendo insustituible”. Por eso defiende que, frente a la velocidad, hay que preservar lo esencial: la veracidad, la comprobación y la rigurosidad.
“Más que nunca, nuestra credibilidad es nuestro valor”.
Por último, reconoce que tras 18 años, mantiene la motivación intacta y que EFE te permite aprender de compañeros “muy distintos y buscar nuevas formas de hacer que nuestros contenidos lleguen a más personas. La clave es hacerlo con cariño, cuidar a los becarios, escuchar a los veteranos y respetar a los entrevistados. Los becarios son fundamentales y debemos procurar que no se pierda el talento que formamos”.
Uno de los proyectos que más satisfacción personal le ha dado no fue una cobertura, sino la campaña #GenteEFE en 2014. “Quería que el 75 aniversario se viviera en todas las delegaciones. Coordinamos a compañeros de todo el mundo para compartir fotos de nuestro día a día. Llegamos a ser trending topic, y lo que nació como un gesto simbólico se convirtió en un recuerdo colectivo que perdura”.
A quienes empiezan en la Agencia les lanza un mensaje claro: “Equivocaros. Nadie es Nadal al primer raquetazo. Escuchad, preguntad y no tengáis miedo de aportar nuevas ideas. Aquí hay profesionales dispuestos a enseñaros y también a aprender de vosotros. Juntos somos nuestro futuro”.