En marzo, Esteban Biba, guatemalteco, de 34 años, cumplirá 15 en la profesión en la que ha sido multipremiado. Una carrera a la que se ha entregado en cuerpo y alma y que le ha llevado a guerras, olimpiadas o acompañar a caravanas de migrantes y que ejerce desde la oficina de EFE en Guatemala, en los últimos ocho años.

Comenzó en el ya desaparecido periódico “Siglo XXI”, uno de los más conocidos de Guatemala y trabajó también en el extinto “Al Día” y “Nuestro Diario”, aunque su entrega al mundo del objetivo nació tiempo después, ya que él quería ser escritor.

“Quería ser escritor de ficción de muy joven, luego quería ser redactor, cuando empecé en mi primer trabajo en un periódico matutino me dieron una cámara y me preguntaron si sabía hacer fotos, no sabía pero aún así hice la asignación y desde entonces estoy ligado más a la fotografía periodística que a la redacción”, apunta a EFE.

En este sentido, reconoce que ha aprendido a ser fotógrafo, “y no me refiero al ámbito técnico, el uso de la cámara, exposición, composición, eso lo aprendí antes. Lo que aprendí después es el ´por qué´ hago fotografías, para qué y para quién sirven. Esto me costó después de varios años trabajando en diferentes medios”.

Unos años en los que lo más fuerte que ha vivido como fotógrafo han sido los desastres naturales de su país, erupciones volcánicas, deslaves, inundaciones, “porque son tragedias prevenibles, pero que en Guatemala han cobrado cientos de víctimas en cada desastre, el derrumbe del Cambray o la erupción del volcán de Fuego que sepultó una comunidad entera, en ambos casos los muertos se contaban por cientos, ver la destrucción, a los familiares y amigos sobrevivientes y la voluntad de los socorristas por buscar sobrevivientes por días rompe el corazón mientras se documenta el proceso”.

Y unos años en los que haber visto de cerca las consecuencias de los conflictos le llevaron a ir a cubrir un tiempo la guerra en Ucrania durante aproximadamente un mes, en 2022.

“Nací casi al final de la guerra interna en Guatemala, se podría decir que mi primera infancia la pase en un país en guerra, y ahora de adulto veo las consecuencias de tantos años de muertes e inhumanidad, las víctimas, los juicios, las personas que acapararon el poder y no lo sueltan. He visto las consecuencias de una guerra aunque a otro nivel, quería conocer y trasladar las historias de las personas que viven en un país en guerra, no solo la parte bélica, también las personas afectadas en todos los ámbitos, buscar esas historias y contarlas a través de la agencia, empecé a ver el deterioro de una sociedad sometida a constante violencia, que espero termine pronto, por eso fui a Ucrania”, subraya.

También quiere remarcar que haber ido a una zona en conflicto es algo que se piensa antes, que no es fruto del impulso.

“Se piensa. A mi edad se medita ya más. Tal vez hace 10 años lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces, aunque tiene que haber una parte de arrojo, porque la lógica te dice que ir a una zona de conflicto es una mala idea, no puedes medir todos los riesgos por muy preparado que estés mental y físicamente”, explica Biba, quien deja claro que lo que más le impactó durante su tiempo allí, fue la “resiliencia de las personas, como después de un bombardeo limpiaban los escombros de un edificio y si podían seguir viviendo en él, lo hacían. La solidaridad entre los propios afectados y la esperanza del humano que parece infinita a pesar de vivir uno de los peores escenarios posibles”.

 

Esteban Biba: El ojo humano es el mejor objetivo y cámara

 

En su conversación con EFE, Biba pone de relieve que su principal motivación es contar historias cuando está en el exterior con su cámara y que siempre hay una expectativa al llevar la cámara al ojo: “tienes una imagen en tu mente de lo que será la fotografía, pero casi nunca salen iguales, al final el ojo humano sigue siendo el mejor objetivo y cámara, todavía estamos tratando de igualarlo”.

“A pesar de la gran cantidad de imágenes que circulan ahora en las redes sociales, hay temas muy olvidados que solo con un método de periodismo se tocan y regresan a la opinión pública, la motivación para salir a la calle a tomar fotos es contar las historias de las personas que tienen problemas, sufren o incluso quieren compartir una alegría o logro pero no tienen visibilidad por alguna razón, para eso estamos los fotoperiodistas, para encontrarlos y contar su historia”, apunta Biba.

En este punto incide en que no hace falta ir a una guerra para correr peligro.

“Guatemala se ha convertido en un país violento, hay de 14 a 16 asesinatos diarios por arma de fuego, violencia doméstica, maras y crimen organizado, hay áreas del país donde no se puede trabajar como periodista, y los criminales comunes, robos y asaltos suceden en todo el país. Si, es un país peligroso para trabajar como periodista”, revela.

Hay una “guerra en Guatemala aún”, sentencia.

“Los altos niveles de pobreza y desigualdad provocan descontento continuado, de alguna forma el país sigue funcionando, así que hay lugares y situaciones muy peligrosas, una situación que por desgracia compartimos varios países de Latinoamérica, en Ucrania estar lejos de la zona de combate debería garantizar medianamente la seguridad, pero la aleatoriedad de los misiles y ataques con drones no dejan a nadie cien por ciento seguro, son escenarios muy distintos para compararlos, ambos tienen sus riesgos”, desvela.

A su vez, deja claro que no solo cubrir una guerra tiene dificultades: “en la parte técnica y en la competencia hombro a hombro (literalmente) con grandes fotógrafos y fotógrafas del mundo, la planificación y coordinación es esencial en un Mundial. Los retos son otros, todo está servido por el organizador para que hagamos bien nuestro trabajo, así que si nos preparamos adecuadamente no hay excusas para no hacerlo, eso suma presión porque no puedes perder un solo momento de la previa, el partido y la finalización”.

Explosión en el volcán Acatenango, vista desde un campamento el 12 de enero de 2023 en Acatenango (Guatemala). EFE/Esteban Biba

Explosión en el volcán Acatenango, vista desde un campamento el 12 de enero de 2023 en Acatenango (Guatemala). EFE/Esteban Biba

 

Esteban Biba nos cuenta que sus cámaras son una Canon Mark 1DX Mark II, y ahora una Canon R3, pero no cree que un fotógrafo deba salir a la calle siempre, con su cámara, en momentos de la vida personal.

Una fotografía debe ser un proceso de reflexión

“Creo que la fotografía debe ser un proceso de reflexión al momento de tomar la imagen, cuando estamos con una cámara estamos en tensión y a la expectativa de buscar y componer imágenes, si estuviera con la cámara siempre nunca podría relajarme y me perdería la vida cotidiana, no se ve igual el mundo cuando uno tiene una cámara al cuello”, asegura.

Eso sí, deja claro que una buena foto es fruto de la experiencia, de esperar el momento justo y de la casualidad, pero, “lograrás más y mejores fotos con experiencia, aunque la suerte y casualidad no se pueden descartar fácilmente, con tantas personas con cámaras en los móviles, las imágenes del momento exacto en que sucede algo importante no siempre es captado por fotoperiodistas profesionales, nuestro trabajo es contar las consecuencias, el ´aftermath´ (las secuelas), y seguir buscando causas y trasladarlas en imagen, aunque a veces tenemos suerte de encontrar una gran fotografía por casualidad, yo le apuesto a la experiencia y planificación porque no tengo tanta suerte”.

Y está convencido de que un gran retrato de estudio “puede ser igual de hermoso que un momento espontáneo en la naturaleza o en las calles y viceversa, es como comparar un buen libro de narrativa con un buen libro de poesía, no puedes medir sus valores por igual”.

También, cree que un  fotógrafo debe de ser todoterreno y se debe/suele especializar.

“Un fotógrafo especializado logrará trabajos más curados, con un enfoque distinto, pero también se necesitan fotógrafos todoterreno que cubran los eventos. Personalmente me gusta la diversidad de las imágenes, me gusta estar preparado para todo: deportes, un concierto, algo político o un `breaking news`(noticias de última hora). Creo que una forma puede ser empezar como todoterreno y luego ir especializando en lo que más te gusta o mejor se te dé, pero aprender a fotografíar todo tipo de acciones, escenarios, luces, personas te enriquece como fotógrafo”, replica.

Y considera que la nueva tecnología corre a favor de una buena fotografía, “aunque también ayuda a que más fotografías malas se exhiban y saturen las redes. No es lo mismo afrontar una cobertura periodística con 24 exposiciones posibles que con una tarjeta de 64 GB en la que puedes hacer miles de fotografías, supongo que te da menos miedo hacer malas fotografías ahora porque puedes corregir, antes debías ser casi infalible”.

En otro momento de su conversación con EFE, Biba argumenta que los fotógrafos “la mayoría de veces creo que entienden el valor de una buena imagen en el momento, hablando estrictamente de imagen. Puede que con el tiempo alguna fotografía tomada adquiera un valor histórico, pero esos son factores externos a la imagen en sí” . En el periodismo fotográfico “no todo vale”, asegura.

“Hay formas de informar sobre tragedias, hay formas de plasmar cadáveres, aunque cada cobertura tiene sus circunstancias, los fotógrafos estamos para dar testimonio de lo que pasó, si por un descuido o mala práctica gubernamental mueren 50 personas, pero este gobierno quiere negar que murieron, debemos publicar una imagen donde se vea la magnitud de la tragedia, con humanidad y ética siempre. Los fotoperiodistas no estamos para mostrar lo que todos quieren ver, estamos para enseñar lo que no quisiéramos que pasara, pero pasó”, replica.


Por último, Biba piensa que le hubiera gustado sacar fotos de los grandes 
personajes del siglo XX, con los que creció viendo en la televisión, hacer retratos de Juan Pablo II, Fidel Castro y otros. “Pero la fotografía que en realidad me hubiera gustado hacer es la de Muhammad Alí viendo de pie al derrotado Sonny Liston, después de noquearlo en Maine”, y descubre que admira a muchos fotógrafos pero “por su forma de ser, no por sus imágenes”, aunque prefiere no revelar sus nombres haciendo gala del respeto que le caracteriza.

 

Os dejamos con una pequeña muestra de su talento:

Descubre más desde EFE Corporativa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo