En la facultad de Periodismo y en el desempeño de la profesión aprendimos las herramientas de este oficio. Pero el periodismo es tan absorbente que muchas veces damos por sentado las “pequeñas cosas” que hacen que una redacción funcione: que se cobren los viajes de metro o los kilometrajes, que en la caja quede un remanente para un imprevisto, que se repongan los equipos técnicos, que se paguen las facturas, que cobren los colaboradores…
Esas “pequeñas cosas” -que para nada son cosas pequeñas- no te regalan la adrenalina de una exclusiva ni te engordan el ego como un impacto informativo.
Pero siempre tiene que haber alguien que haga ese trabajo. Y que lo haga bien.
En la Delegación de Cataluña hemos tenido la suerte de tener entre nosotros todos estos años a Esteban Contreras, la persona que se ha encargado -suena así de simple pero puedo dar fe que no es para nada sencillo- de que las “pequeñas cosas” de esta redacción funcionaran como un reloj suizo.
Esteban nos dejó hace unos días. El enorme hueco que ha dejado en esta delegación y entre los compañeros de la central que despachaban con él casi diariamente comenzó hace un año, cuando empezó una baja por enfermedad que se alargó y que nos ha llevado al más triste de los desenlaces.
Le quedaban apenas unos días para jubilarse y seguir disfrutando de su familia, en especial de sus dos hijos; sus cuatro nietos y de la compañía de su hermano José, que también fue trabajador de Efe hasta no hace mucho tiempo.
Su unión a EFE
Esteban se unió a Efe en 1981; procedente de otra agencia de noticias. Comenzó en teletipos, después se encargó del archivo comercial y desde 1992 fue el responsable de administración en la Delegación de Cataluña.
Tuvimos la suerte de tenerle en nuestro equipo y se lo hicimos saber en más de una ocasión: que las “pequeñas cosas” resulta que eran y son fundamentales. Nos dimos cuenta de ello hace mucho tiempo. Lo sabíamos, Esteban, y tú lo sabías. Porque en estos últimos doce meses no pasaba una semana sin que te enviara un mensaje o te llamara para consultarte por las múltiples dudas que me surgían y que tú sabías resolver en apenas cinco segundos.
Fácil, como nos gusta a los periodistas. Nos ponías las cosas siempre fáciles.
Y es que, Esteban; las “pequeñas cosas” no son para nada “cosas pequeñas”, sino todo lo contrario. Seguro que ya nos entiendes.
Gracias por tu lealtad y gracias por ser tan íntegro. Un fuerte abrazo de todos tus compañeros.