Javier Tovar lleva 35 años en la Agencia EFE, actualmente está al frente de la plataforma digital EFESalud, donde aterrizó en 2012, cuando las redes sociales o la Inteligencia Artificial (IA) eran harina de otro costal.
“En mis años de más responsabilidad periodística, o como directivo de EFE, las redes sociales no tenían la importancia que tienen ahora. Deben ser un complemento, pero creo que ahora mismo también son, no sé si un enemigo, pero una dificultad para realizar nuestro trabajo desde la rapidez y la calidad”, opina en conversación con EFE.
Tiene claro que las “redes sociales hay que incorporarlas al trabajo periodístico, aunque suponga un esfuerzo añadido y enorme a nuestro trabajo”.
“El periodismo -reflexiona- tiene que ser capaz de encontrar un modelo para relacionarse y posicionarse en relación con las redes sociales de forma que pueda diferenciarse y mantener la credibilidad que siempre ha tenido y, en mi opinión, está perdiendo”.
Y todo ello cuando las noticias falseadas están, como quien dice, en alza.
“El periodismo está en plena crisis y, en parte, es porque las redes nos han descolocado y tenemos que encontrar un nuevo rumbo. Una de las tareas más importantes de los periodistas -entiende- es verificar la información, antes era de las fuentes informativas, ahora sigue siéndolo, pero también de todos los contenidos, muchos de ellos bulos y falsedades, que se vierten en las redes”, sopesa.
Las informaciones falsas le “están haciendo mucho daño (al periodismo), porque nos ha abierto un frente nuevo al que dedicarle mucho tiempo para verificar los contenidos que buena parte de la sociedad se cree sin contrastar y que encima lo difunde”, opina Tovar.
La Inteligencia Artificial no podrá sustituir una buena redacción
Pues a sus 63 años, cree que la IA “puede ser una herramienta que, desde el punto de vista técnico, ayude a muchas tareas mecánicas del periodismo, pero no creo que pueda sustituir la capacidad de análisis, interpretación, creación, selección de contenidos y buena redacción para contar una noticia o una historia, así como coordinar y gestionar todo lo que supone una cobertura informativa de un hecho relevante y trascendente”.
Licenciado en Periodismo por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid 1977-1982, inició su carrera profesional con colaboraciones en las revistas “Sábado Gráfico” y “Tiempo” y crónicas deportivas en el diario “Marca”, así como en los Servicios Informativos de TVE.
Posteriormente, trabajó en la emisora “Onda Madrid” desde donde se incorporó a la Agencia EFE.
Entró en el departamento de Radio de EFE en 1988, y un año después, fue trasladado a la sección de Política, en Nacional, donde estuvo hasta 1996, como responsable de la información política del Gobierno y de partidos políticos.
En 1996 pasó a dirigir la sección de Sociedad, Sanidad y Comunicación, dentro de Nacional.
En 2006 fue nombrado director de Nacional, puesto que desempeñó hasta 2012.
En 2012 recibió el encargo de crear la plataforma digital EFESalud, especializada en salud, bienestar, medicina y sanidad, puesto que ocupa en la actualidad, agosto de 2023.
También ha formado parte de la Comisión de Igualdad de la Agencia EFE.
Ha participado en dos libros, uno sobre la Guerra del Golfo, en 1992, y otro titulado Comunicar es salud, en 2006, junto a expertos en esta materia.
Ha intervenido en numerosos congresos, jornadas, seminarios y debates, bien como conferenciante, ponente o moderador, sobre temas sociales, de salud, sanidad y ciencia.
Su posición actual de dirigir, gestionar y coordinar EFEsalud en sus aspectos editoriales, organizativos, institucionales y comerciales, desde hace más de diez años, le ha dado la posibilidad de “desarrollar un periodismo de carácter divulgativo, dirigido directamente a la sociedad, con fines de utilidad e interés social, más allá de las noticias del día a día que había hecho hasta entonces”.
Y es que en las más de tres décadas que lleva en EFE ha podido crecer como periodista, desarrollando una amplia experiencia y teniendo la oportunidad de formar parte, durante seis años, del equipo directivo de la Agencia, “lo que ha completado una visión muy amplia y profunda de la empresa”.
Una empresa de la que destaca su “sentido y vocación de servicio público, con el objetivo de ofrecer a la sociedad española y al mundo, información y contenidos independientes, plurales y veraces, lo que ha supuesto para la Agencia el mantenimiento de su credibilidad informativa como generador de noticias”.
Una profesión a la que siempre se quiso dedicar, pese a que manejó la posibilidad de estudiar Psicología o Literatura, “pero el Periodismo siempre iba por delante”.
Y en esta profesión, en su etapa de redactor y especialista en información política, cubrió la información de los Gobiernos de Felipe González como presidente español, viajes, campañas electorales, congresos del partido.
“El caso Juan Guerra fue una información de relieve, también la dimisión del propio Felipe González cuando ya quiso retirarse. Y todo lo relacionado con el terrorismo, esto en mi época de redactor de política y también en mis años como director de Nacional, como el atentado de la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas, en diciembre de 2006, o el fin de ETA, en octubre de 2011”, recuerda.
“Pero sobre todo creo que, en esas dos etapas políticas, primero de 1988 a 1996 y luego de 2006 a 2012, asistí, presencié y participé en unos tiempos donde la forma de hacer política era muy distinta de cómo es ahora, mucho más volcada en lo inmediato, las redes sociales, los efectos, la imagen…”, reflexiona.
Y en tantos años ha habido multitud de situaciones curiosas o anecdóticas, “algunas de mi etapa como director de Nacional no me atrevo a revelar porque afectan a terceras personas”.
Y ha habido mucho estrés también.
“Al estrés te vas acostumbrando porque forma parte de las características de esta profesión. Al principio lo pasas mal y sufres, pero luego lo incorporas a los mecanismos de acción y respuesta que debe tener un buen periodista, serenidad, prudencia, planificación… pero es cierto que cuando las noticias son importantes y no se ven venir, el estrés y el nerviosismo se disparan”, estima Tovar.
Por último, pondera que un buen periodista, en la línea de la pregunta anterior, “tiene que ser sobre todo independiente, responsable, debe tener moral, valores y principios, especialmente en relación con los derechos humanos y la defensa de las leyes, debe ser claro en sus exposiciones, no perder nunca la curiosidad, saber analizar, saber preguntar pensando en la sociedad, no en sí mismo, y saber escribir y redactar con precisión, concisión y exactitud”.
Y del éxito, que cree hay que lograr desde la independencia y la ética, nuestro entrevistado opina que si, por ejemplo, haces información política “nadie te sienta su amigo, pero sí que consigas que, al menos te respeten, e incluso puedan llegar a valorarte y confiar en ti y tu deontología profesional”.