La convocatoria electoral estadounidense venía precedida por un estado de ansiedad en notables capas de la población, aunque ahora parezca que quien vive solo en la angustia es Donald Trump. Atrapado por sí mismo. Loser y defeat no son términos digeribles en su vocabulario.
La interminable carrera electoral americana ofrecía este año muchos ingredientes inéditos con la peculiar Presidencia trumpiana y la decidida apuesta por el fraude a priori como excusa justificante de la hipotética derrota.
En la race por momentos había hasta quien se parecía a Thelma y Louise -Susana Samhan y Raquel Godos- coordinando una cuadriga de reporteros desbocados por Estados Unidos, en plena pandemia, algo que no sé si el veterano delegado Hernán Martín habrá visto en otra ocasión.
Otro que no paró quieto fue el director de la Mesa de América, Juan Carlos Gómez, Gomi, que tenía como misión suicida coordinar las entregas sincronizadas de toda la producción. Todos los departamentos apoyaron a las mesas de edición, espe- cialmente las americanas, que reforzaron turnos y se prodigaron en el esfuerzo para estar a la altura del reto.
Vayan pues en estas líneas el reconocimiento al trabajo y esfuerzo de tanta gente – solo en Estados Unidos 28 personas- y que abarcan desde nuestra secretaria en Washington, Maribel El Hamti, hasta nuestra flamantes compañeras del archivo gráfico que siempre encuentran la foto para ilustrar los textos y, al fin, han visto reconocida su labor con un Premio Rey de España.
Planificar y acertar en la cobertura es tener más o menos suerte y acierto, pero mover a un equipo de periodistas con ganas de hacer un buen trabajo y disfrutarlo es fácil. Solo hay que verlo en algunos de los chat que echaban literalmente humo con la jornada eterna del recuento.
A dos días de las elecciones, Efe ya contaba con un importante despliegue en los estados clave para las elecciones.
Alfonso Fernández se desplazó a Michigan, uno de los territorios más disputados entre Joe Biden y Donald Trump para contar de primera mano el cierre de campaña del multimillonario, en Grand Rapids, y narrar en vivo el apretado escrutinio desde Detroit.
Jairo Mejía llegó desde Nueva York en los días previos a Pensilvania, el estado que definitivamente supuso la victoria para Biden, y visitó en Wilmington (Delaware) el cuartel general del ya presidente electo.
Álex Segura fue a Texas desde Los Ángeles, ante la posibilidad de que Biden arrebatara a Trump ese gran feudo republicano, y aunque finalmente no lo logró, presenció uno de los duelos más interesantes en uno de los estados más carismáticos del país.

A medida que pasaban las horas y los días, con un escrutinio eterno, la atención viraba de un lado a otro de la geografía estadounidense. Algunos de los grandes medios otorgaban la victoria en Arizona a Biden la misma noche electoral,
entre ellos y muy significativamente Fox News, la cadena del magnate Rupert Murdoch, que tanto favoreció el discurso de Trump durante su mandato.
Aterrizar en LA y recibir el encargo de volar de nuevo con destino a Phenix sirvió para que Álex Segura Efe pudiera explicar uno de los vuelcos electorales más significativos. La impronta en Arizona del senador John McCain quedó patente en la respuesta a Trump de muchos de quienes consideran ofensivo su desprecio por el que fuera un prisionero de guerra. Y el voto latino reflejó la distancia con la Florida de los exilios.
Tras Arizona, y ante la lentitud voluntaria del recuento en Nevada, todos los ojos se pusieron en Pensilvania, donde Jorge Fuentelsaz hizo el relevo el día de la proclamación de la victoria de Biden, para asistir después en Wilmington a su discurso oficial, junto a la primera mujer que ocupará el cargo de vicepresidenta, Kamala Harris.
Durante toda la cobertura electoral, los compañeros de Miami, con Ana Mengotti al frente, relataron la tensión en una Florida que se decantó por el magnate, mientras que en Nueva York Helen Cook y Nora Quintanilla, completaron la cobertura, anali- zando el poder de la izquierda neoyorkina y narrando la fiesta en las calles de la Gran Manzana tras conocerse la derrota de Trump.
En la costa oeste, Javier Romualdo y David Villafranca, desde Los Ángeles, y Marc Arcas desde San Francisco, apoyaron tanto la jornada electoral, como los sigu- ientes días de eterno escrutinio. A veces con glamurosos análisis de data dignos de elogio.
Tras conocerse la victoria de Biden y Harris, Marc se desplazó a Oakland, contes- tatario lugar de origen de la primera vicepresidenta electa de Estados Unidos, para contar el ambiente entre sus vecinos.
Nuestros compañeros de Washington, Lucía Leal, privilegiada testigo de la disfuncionalidad de la Casa Blanca, Beatriz Pascual minuciosa observadora del declive del Departamento de Estado, Laura Barros, nuestra narradora principal del drama de los migrantes y sus duras travesías de ida y vuelta, Albert Traver, del que dudamos si la nocturnidad de su turno y el insomnio no los mata contado delegados, pues en el recuento no falló ni uno. Tampoco carlos Vilas coordinando laproducció audiovisual de tantos reporteros en el terreno.
Fue la de todos ellos suya una cobertura ininterrumpida de cinco días y cinco noches hasta que en la noche del sábado, finalmente se dio por ganador a Biden.
Esperábamos anunciar aquí la admisión de la derrota por Trump, pero es de temer que llegará junto al anuncio de la creación de la Biblioteca presidencial que lleve su nombre. Por un tuit.

Descubre más desde EFE Corporativa

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo