Por Esther Aguirre
El periodista Alfonso Bauluz asegura que, en estos momentos tan complicados, la Agencia EFE está cumpliendo como servicio público que es, “marcando agenda”, y ofreciendo a sus clientes una “información veraz” y “muy contrastada” de las consecuencias del coronavirus en todo el mundo.
Acostumbrado a grandes desafíos, Bauluz se ha encargado de coordinar y diseñar la exitosa, a la par que compleja, estrategia internacional para que los corresponsales de EFE pudieran desempeñar su labor sin problemas. Y lo ha hecho en tiempo récord y a contrarreloj, en coordinación con la directora del departamento, Esther Rebollo.
Precisamente la Redacción de Internacional en Madrid, junto con la de Economía, fue la primera de este medio público de comunicación en tomar medidas drásticas y abandonar la sede central, tras detectarse el primer caso positivo en la agencia, cortando así cualquier expansión de este virus demoledor que se ha cobrado ya un total de 200.000 vidas, más de 23.000 en España.
“Teníamos muy claro que el confinamiento voluntario u obligado era una de las medidas más decisivas”, explica Bauluz, antes de añadir que la consigna era clara: que todos los trabajadores de EFE que quisieran, tanto en España como en el exterior, pudieran teletrabajar. Igualmente se recomendó que redujeran al mínimo los desplazamientos, a fin de proteger su salud y la de los suyos.
Ahora prácticamente todos los empleados de Internacional que quieren teletrabajar, lo está haciendo, señala el periodista, que recuerda, no obstante, que este sistema ya se utilizaba desde hace décadas en el exterior porque las corresponsalías es lo que tienen: son un “non stop”.
El periodista, en la actualidad redactor jefe de Internacional, aplaude la buena respuesta que ha dado todo el equipo en estos momentos tan duros y adversos. Y es que, a pesar del lógico desconcierto inicial, “contamos con compañeros curtidos y con gran capacidad de adaptación”, señala.
“El mejor ejemplo lo tenemos en Pekín, donde han vivido el confinamiento, muy duro allí, y pese a los altibajos normales y humanos, no sólo no han desfallecido, sino que ahora ellos nos dan ánimos y comparten su experiencia”, comenta.
Bauluz conoce muy bien las adversidades que pasan los corresponsales en el exterior, dada su amplia y dilatada trayectoria profesional, que le ha llevado a trabajar durante años en Guinea Ecuatorial y “a hacer las Filipinas”, como subdelegado de EFE para el Sudeste Asiático y el Pacífico, además de haber sido corresponsal de Antena 3 en México y Centroamérica.
A lo largo de sus más de 30 años de carrera profesional, ha sido testigo de numerosos hechos históricos: Ha cubierto guerras, revoluciones, desastres naturales, cumbres internacionales y elecciones legislativas en los países en los que ha estado, entre otros muchos temas.
La guerra de Irak; la muerte del genocida camboyano Pol Pot (una exclusiva mundial de EFE); la caída del líder sirio Muamar el Gadafi; el derrocamiento del general Suharto, el segundo presidente de Indonesia, o la muerte del rey Fahd en Arabia Saudí son algunas de sus coberturas más destacadas.
En la actualidad, Alfonso Bauluz da clases en la facultad de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, la misma en la que estudió años atrás, y es vocal de la directiva de Reporteros sin Fronteras.
A continuación, la entrevista completa:
Pregunta: El departamento de Internacional fue el primero en diseñar una estrategia para trabajar desde casa y lo tuvisteis que hacer ya en cuarentena, tras detectarse el primer positivo en EFE. ¿Cómo lo gestionasteis?
Respuesta: Bueno también nuestros vecinos de planta, los compañeros de Economía tuvieron que hacer lo mismo. Como llevábamos tiempo informando del coronavirus tampoco nos pilló por sorpresa. Se veía venir, ya que hablamos con Pekín todos los días.
También es verdad que en Internacional trabajamos con muchos países y ya había costumbre de usar toda suerte de medios para comunicarnos. En realidad, como corresponsales teletrabajamos hace décadas.
P: ¿Cómo está siendo la experiencia ahora que la Central de EFE trabaja por primera vez en remoto?
R: Pues lo más positivo es lo que estamos aprendiendo: Primero, a mantener el servicio sin interrupciones, lo que ofrece una garantía de continuidad, y, en segundo lugar, comprobar cuáles son nuestras capacidades.
Además de los periodistas, los técnicos y los informáticos que ya están acostumbrados a trabajar como nosotros después de muchas cumbres, crisis y coberturas difíciles, nos han dado el apoyo necesario. Los compañeros de Operaciones también.
Y lo más importante, EFE continúa prestando un servicio público a la sociedad del que yo, y creo que todos nosotros, nos sentimos muy orgullosos en estas circunstancias tan adversas para todos.
P: ¿Cómo os coordináis? ¿Hay algún retén en la central? ¿Desde dónde se editan las noticias que llegan de todas las delegaciones del mundo?
R: Yo tomo el relevo a las siete de los compañeros de la noche -algunos van a la central- que, junto con Bogotá, cubren ese horario, y con el conjunto de propuestas trabajadas desde todas las delegaciones y España, configuramos la oferta informativa y jerarquizamos la importancia de los asuntos en los que trabajamos y el esfuerzo que dedicamos a cada tema.
Desde el primer momento la decisión fue que todos los que quisieran pudieran hacer teletrabajo y como meta principal proteger la salud de todos los que trabajamos en la agencia. Teníamos muy claro que el confinamiento voluntario u obligado era una de las medidas más decisivas.
P: ¿Cómo están trabajando las delegaciones internacionales? ¿Qué porcentaje de personas teletrabajan en el exterior?
R: Hemos logrado que prácticamente todos los periodistas de EFE en el exterior, si quieren, puedan teletrabajar. Pero tampoco nunca han dejado de trabajar en casa, pues las corresponsalías es lo que tienen. Non stop 24 horas.
P: ¿Cuál ha sido la respuesta de la gente ante esa pandemia?
R: Buena. Todo el mundo ha comprendido la gravedad de la situación, aunque lógicamente hubo un momento inicial de desconcierto.
P: ¿Y de las delegaciones internacionales?
R: En las delegaciones contamos con compañeros curtidos y gran capacidad de adaptación. El mejor ejemplo lo tenemos en Pekín. Han vivido el confinamiento, muy duro, pero pese a los altibajos, normales y humanos, no solo no han desfallecido, sino que ahora ellos nos dan ánimos y comparten su experiencia.
De nuevo EFE ha demostrado estos días en la ciudad china de Wuhan -donde se originó esta devastadora crisis sanitaria- que siempre podemos ser los primeros y eso, en términos de periodismo internacional, es mucho. Allí, Jesús Centeno se adelantó a nuestros abonados y competidores, como EFE hace siempre que es más difícil. Son pequeños placeres agencieros, como ver caer tiranos…
P: ¿Qué sensaciones os traslada el personal en el exterior?
R: Como todos aquí, la preocupación es el bienestar de las familias y de los más cercanos. Y hablan de cómo lograr compatibilizar las medidas de confinamiento en muchos países con la labor informativa. Es un escenario difícil y complicado.
No olvidemos que hay países en los que EFE está presente, en los que las condiciones de vida ya son de por sí duras en tiempos “normales”, algunos de ellos en guerra de duración infinita.
P: ¿Habéis tenido problemas por trabajar en remoto? ¿Cuáles son los obstáculos a lo que os enfrentáis cada día?
R: Yo tengo la suerte de que me levanto contento todos los días y con optimismo. Los problemas están ahí para resolverlos. Para mí el principal problema, que no es tal, sino que es lógico y normal, es cómo afrontar el estado de ánimo de quienes han de vivir confinados. Esa es mi principal preocupación, pues además se suma como el coronavirus afecta a nuestras familias y entorno.
En la familia de Internacional hemos perdido a Guillermo Tribin, que fue mi redactor jefe cuando trabajé en la noche, y es el padre de nuestra compañera de Economía Leonor Tribin. Ese es el mayor obstáculo y nuestra pena… Salir a hacer la información en entornos hostiles forma parte de nuestro ADN.
Aprovecho para transmitir mis condolencias a todos los compañeros y compañeras que han sufrido una pérdida de algún familiar o personas cercanas. Vivimos una situación terrible.
P: ¿Crees que esta experiencia del teletrabajo puede cambiar la manera de desempeñar nuestra labor a partir de ahora? ¿Puede aportar algo positivo?
R: Como te dije, soy de natural positivo y optimista. Y sí, claro que hay algo que es glorioso. El compañerismo y recuperar el control de la agenda informativa.
Que no venga condicionada por otros es lo mejor que le puede pasar al periodismo: A EFE y a todos los medios. Es cierto que la crisis mediática que arrastrábamos se verá brutalmente agravada por esta crisis sanitaria.
P: ¿Algo que destacar del tiempo que EFE lleva trabajando en remoto?
R: Hay algo que considero muy reseñable y es como, por ejemplo, los compañeros de Deportes, que ya habían emprendido su propia senda de atender informativamente el deporte femenino o los minoritarios y con enfoques diferenciados, ahora ofrecen a los abonados y a la sociedad las actividades de muchos de esos deportistas que no necesariamente son Ronaldo y Messi.
Han marcado agenda, están ofreciendo otra visión, reafirmando el papel de EFE como medio de referencia, y han cosechado un rotundo éxito. Son aspectos de los que tenemos que aprender todos: Perseverancia y criterio propio.
P: ¿Qué diferencia a EFE en estos momentos de crisis por su papel de servicio público con respecto a otros medios? ¿Se está consiguiendo esa misión de servicio público que tenemos encomendada?
R: Rotundamente. EFE está prestando un servicio público informativamente muy relevante. Marcando agenda informativa y ofreciendo en momentos muy, muy, complicados una información veraz y contrastada, que ayuda a los medios a ofrecer contenidos con rigor. En tiempos de pandemia es para sentirse muy orgulloso. Y sé de lo que hablo, pues he vivido en lugares y situaciones muy comprometidas, y esta lo es, sin duda.
P: ¿Cómo preparáis las previsiones del día en estas condiciones? ¿Cómo se eligen los temas a cubrir? ¿Hay más asuntos al margen del coronavirus?
La reunión de previsiones se realiza por videoconferencia y es perfectamente operativa. Decantar cómo se eligen los temas es un proceso complejo que desde las delegaciones, con sus propuestas, se valora y discute. A partir de ahí se eligen enfoques y los sincronizamos.
El objetivo es que los temas tengan coherencia, no resulten repetitivos; tengan una mirada propia, original y trabajada en todos los soportes; reflejen una visión global, atiendan a los compromisos editoriales de EFE, fijados en el Estatuto de Redacción como la defensa de la igualdad y la no discriminación, la emergencia climática o el fenómeno de la migración.
No es fácil, pero a ello nos dedicamos todos los días. A veces es como un zoco, pero es el resultado de múltiples intercambios de los periodistas de EFE desde las delegaciones a la redacción central. Y ya me gustaría que sonara como una orquesta. Aunque a veces desafinamos.
P: ¿Cómo se afrontan las dificultades que tienen ahora los redactores para hacer vídeos o fotos en estos momentos de confinamiento? ¿Se da prioridad a la seguridad de los trabajadores o al interés informativo?
R: Las fotos y vídeos en Internacional son determinantes a la hora de elegir nuestras prioridades informativas y el énfasis del escaparate que son las previsiones. Cualquiera que ha vivido situaciones imposibles sabe que lo más importante es transmitir. De nada vale una noticia que no se transmite. La salud y la seguridad son imperativo para EFE.
Lograr apoyo gráfico o de vídeo es nuestro compromiso, y lo intentamos hasta con filósofos de 90 años. Que Gráfica y Televisión, en momentos tan comprometidos, tengan nuestro apoyo y desvelos es importantísimo. Y creo que todos los departamentos están contribuyendo para minimizar el impacto del confinamiento.
P: ¿Qué medidas de prevención se están tomando en las delegaciones para sortear la pandemia?
R: Además de las recomendaciones de las autoridades sanitarias EFE centraliza en el comité de seguimiento cualquier incidencia.
P: ¿Cómo se ve en otros países del mundo la gestión de la pandemia en España? ¿Crees que está siendo similar, mejor o peor a la de otros países?
R: Tenemos una controversia potente con la manera de afrontar decisiones de vida o muerte. ¿Es utilitarista?, ¿es calvinista?, ¿es católica?, ¿es cultural?, ¿forma parte de nuestra idiosincrasia?, ¿somos quijotes irremediablemente?, ¿nos falta formación sanitaria?, ¿cómo vemos y nos comportamos con nuestros viejitos? ¿somos imprudentes?, ¿Improvisamos demasiado? Y, sobre todo ¿aprenderemos?.
Para mí esta última es la cuestión más importante: ¿Qué lecciones aprenderemos? Le he dado muchas vueltas a esa cuestión y la respuesta es que cada sociedad ha hecho de sus fortalezas virtud y de sus debilidades un reto de cómo mejorar.
En la crisis financiera de 1998 me sorprendió cómo los surcoreanos respondieron tras el préstamo del FMI. Muchos ciudadanos donaban y actuaban cotidianamente para saldar esa deuda colectiva lo antes posible.
Ahora se habla mucho de su reacción con COVID19. A mí no me sorprende. Tampoco si Portugal afronta con más determinación que nosotros la pandemia. Con Timor Oriental nos dieron en 1999 una gran lección como país comprometido. Su entonces primer ministro es hoy secretario general de la ONU.
P: Algunos periódicos internacionales son muy críticos con la actuación de nuestro país. ¿Qué opinas de eso?
R: Tristemente este virus ataca a quienes compartimos el vaso de sidra… Qué quieres que te diga. Igual nos obliga a cambiar nuestra manera de ser y sentir. Y el frío de quienes formulan esa crítica no es que me moleste, es que no sé si quiero cambiar mi manera de ser y estar.
Los medios en todo el mundo critican la falta de stock de recursos sanitarios en todos los países. No estoy seguro de que los editoriales de los diarios hubieran lamentado con antelación la falta de mascarillas en almacenes estatales por si acaso o hubiera exenciones fiscales para medios y recursos frente a pandemias. Todos los países están intentando adquirir medios para atajar la crisis.
Me sorprendió que (el presidente francés) Emmanuel Macron no aplazara las municipales cuando era obvio que no habría segunda vuelta. Pero quien es el guapo que aplaza elecciones si la oposición dice que hay que celebrarlas y, por supuesto, luego te critica por no desconvocarlas.
P: Me imagino que habrá muchas fake news. ¿Cómo hacéis para combatirlas? ¿Habéis tenido algunas informaciones comprometidas en el ámbito de las fake news?
R: Tenemos la unidad de verificación (EFEVerifica), que tiene un reto brutal y nuevamente demuestra nuestro compromiso de servicio público. También forma parte de nuestro quehacer cotidiano contrastar con rigor.
P: ¿Se han producido anécdotas desde el inicio de la cuarentena? Si es así, cuenta alguna.
R: Para mí, la anécdota o paradoja es que este confinamiento nos retrata y nos permite ver, entender o reflexionar sobre quiénes somos como humanos y como periodistas. ¡Menudo desafío!
P: En lo personal, ¿echas de menos estar en primera línea de la noticia? ¿Cómo llevas ahora estar sentado delante del ordenador sin salir a cubrir información?
R: Casi que echo de menos ser joven y osado. Claro que me gustaría ir a primera línea, pero, a medida que vas perdiendo condiciones, vas dándote cuenta de lo brutal que puede ser nuestro trabajo en lugares complicados. Envidio -sanamente- a quienes están en primera línea.
Ahora, me obligo a pensar que, con la experiencia que tengo, les puedo ayudar a ver qué es informativamente relevante.